Con consternación hemos conocido por la prensa la decisión del Gobierno de cerrar la Embajada de Chile en la República Árabe Siria, abierta en 1946. El anuncio se produce en un momento crítico para Siria. Golpeado por una guerra impuesta e injustas sanciones económicas, en esas condiciones el país debe hacer frente a la pandemia por COVID-19.
En colaboración con la Embajada en Damasco, la Colectividad Siria de Chile viene prestando ayuda de todo tipo a los sirios pero también a los palestinos allí refugiados. Enviamos seis ambulancias que realizan su labor humanitaria portando la bandera de Chile en sus laterales. Eso también es contribuir a la acción exterior y a la imagen país. Asimismo costeamos la rehabilitación de viviendas. Enviamos sillas de ruedas y medicamentos y acogemos y asistimos junto al Estado de Chile a los desplazados que han venido a nuestro país. Todo ello, sin distinciones de religión, etnia, género, lugar de procedencia o ideología.
Por todo ello el Gobierno debe reconsiderar el cierre de la Embajada de Chile en Damasco, que normalizó sus actividades hace un año y cuya labor fue destacada por el Presidente de la República con motivo de la asistencia diplomática en Siria a los nietos huérfanos de un ciudadano chileno. La política exterior de un país debe ser coherente, de largo plazo y sustentarse en sus activos más valiosos, en este caso una Colectividad Siria de Chile que ha servido y quiere seguir sirviendo a las relaciones bilaterales de acuerdo con la Misión, Objetivos y Valores que se asigna el propio Ministerio de Relaciones Exteriores.
Luis Sirhan Awad, Club Sirio Unido de Santiago
Esteban Sefair Vera, Club Unión Árabe de Viña del Mar
Hernán Maluk Manzano, Sociedad Beneficencia Siria
Marlene Haddad Bahna, Comité de Damas Sirias
Miguel Zahr Maluk, Club Deportivo Árabe de Valparaíso
Sergio Bitar Chacra, Ex Senador y Ex Ministro
Consuelo Moreno Del Valle, Soc Damas Árabes de Beneficencia de Valparaíso y Viña del Mar
Virginia Maluk, Instituto Chileno Árabe de Cultura de Valparaíso
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